Quiero convertir mi casa en océano, mi piel en caparazón y
hacer de metal mi corazón.
Que mis venas y arterias sean como un cable, en un
esqueleto de hierro inflamable.
Deje atrás lo humano, uso pinzas en vez de manos, para
separar lo bueno de lo malo.
Soy ahora inmune a la
basura que desprendes, tu boca enciendes, y abres paso a un camino del que
dependes.
Los sueños del futuro se convierten en energia que uso para
alimentar mi nueva manía.
Esperare a que un charco de palabras, que provengan de
alguien que valga, haga cortocircuito y
vuelva a revivir mi alma.
Mientras que espero la explosión, dejo de un lado la emoción,
y sigo de puerta en puerta, buscando una respuesta.